El Toro de Osborne: la historia definitiva
El Toro de Osborne: Un Símbolo Cultural y Publicitario
Primero de todo, ¿Qué es Osborne?
La marca Osborne es una empresa española con una larga historia que se remonta a 1772. Fue fundada por el comerciante británico James Duff y el empresario francés Juan Haurie en Jerez de la Frontera. A lo largo de los años, la compañía ha crecido y evolucionado, expandiéndose más allá de su negocio original de vinos y licores para incluir una variedad de productos y marcas icónicas, como Cinco Jotas, Carlos I, Nordés, Montecillo, entre otros.
Desde sus inicios, Osborne ha estado comprometida con la promoción de la riqueza cultural y social de España, manteniendo siempre un alto nivel de autenticidad en sus productos y servicios. Esta autenticidad se refleja en su compromiso con la calidad, la tradición y el origen de sus productos. La empresa se enorgullece de ser un grupo unido, comprometido con el respeto y el cuidado de la tradición, la tierra, la gente que la trabaja, los productos que ofrece y la naturaleza que los hace posibles.
Osborne también valora la maestría, una cualidad que ha sido cultivada a lo largo de sus 250 años de historia. La empresa se enorgullece de su habilidad para dirigir, proyectar y crear negocios, productos y experiencias únicas. Este compromiso con la maestría se refleja en su reputación como un símbolo de todo lo bueno de España, tanto dentro como fuera de sus fronteras.
Además de la autenticidad y la maestría, Osborne también posee un espíritu visionario. La empresa nació de una idea visionaria y ha continuado descubriendo nuevas posibilidades y abriendo nuevos caminos. Este espíritu visionario se refleja en su compromiso con la experimentación, la innovación y la búsqueda constante de nuevas oportunidades.
En términos de sostenibilidad y responsabilidad, Osborne se compromete a llevar a cabo una gestión enfocada en el desarrollo sostenible de sus actividades. La empresa trabaja para respetar el entorno en el que opera y fomentar relaciones de confianza, estables y duraderas con sus grupos de interés. Osborne también se compromete a mitigar el cambio climático a través del desarrollo de proyectos de eficiencia energética y uso de energías renovables, y lleva a cabo proyectos de investigación para mejorar la protección de la biodiversidad y la conservación de los ecosistemas.
La misión de Osborne es preservar y potenciar la riqueza social y cultural de España a través de sus marcas y productos auténticos. Su compromiso es con el futuro, respetando y cuidando la tradición, la tierra, la gente que la trabaja y la naturaleza que hace posible sus productos.
La visión de Osborne es ser un grupo sin fronteras, capaz de descubrir nuevas posibilidades y abrir nuevos caminos. Con un espíritu visionario, la empresa busca experimentar, descubrir y transformar, apoyando su visión en argumentos sólidos y fiables. Su objetivo es conocer y entender a sus audiencias y a la sociedad que les rodea, viendo más allá de una generación.
En resumen, Osborne es una empresa con una rica historia y un compromiso con la autenticidad, la maestría, el espíritu visionario y el compromiso. A través de su trabajo, la empresa se esfuerza por promover la riqueza social y cultural de España, y trabajar hacia un futuro más sostenible y responsable.
Entonces, ¿qué es el Toro de Osborne?
El Toro de Osborne es una icónica silueta de un toro bravo, diseñada por Manolo Prieto en 1956, que se encuentra en numerosas vallas publicitarias a lo largo de las carreteras de España. Originalmente, fue creado como un anuncio para promocionar el brandy ‘Veterano’ de la marca Osborne. Sin embargo, con el paso del tiempo, este emblemático toro ha trascendido su propósito publicitario inicial para convertirse en un símbolo cultural reconocido tanto a nivel nacional como internacional, en países como Japón o México.
Manuel Prieto: el artista detrás de la obra El Toro de Osborne
Manuel Prieto Benítez, conocido como Manolo Prieto, nació en una pequeña localidad de la provincia de Cádiz en 1912 y falleció en Madrid en 1991. Fue un dibujante, pintor e ilustrador español que dejó una huella significativa en el diseño a nivel nacional e internacional. Su incursión en el mundo del arte comenzó desde temprana edad, demostrando un talento innato y una pasión desbordante por la creatividad.
Pero la creación del Toro de Osborne fue la obra que hizo que su carrera se lanzara a la fama, ya que su obra maestra se convirtió en un ícono cultural. Prieto también fue un artista versátil cuyo trabajo abarcó una amplia gama de disciplinas, desde la ilustración hasta la escultura. A lo largo de su carrera, Prieto continuó explorando diversas formas de expresión artística, trabajando en esculturas, pinturas y otros proyectos, siempre inspirado por la riqueza cultural de su país.
«Toda obra de arte que se expone, debe ser juzgada bien o mal, por lo que tenga de buena o de mala, y sólo a ella le corresponde su defensa.» Manolo Prieto
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La historia definitiva: el Toro de Osborne
La historia de este icónico toro se remonta a hace más de 60 años cuando la empresa Osborne encargó a la agencia Azor una valla para publicitar en las carreteras su brandy Veterano. El resultado fue un diseño de un toro que se integraba perfectamente en el paisaje. La primera valla publicitaria se colocó en 1957 en Cabanillas de la sierra (Madrid), medía 4 metros de altura y estaba fabricada en madera. Debido a su desgaste por la climatología, en 1961 se fabricó el primer toro en chapa metálica, con 7 metros de altura y desapareciendo los cuernos blancos del diseño inicial.
Cuando Manolo Prieto entregó su dibujo a Osborne, se inició el proceso de transformación del símbolo del Veterano. Este dibujo, junto con el propósito original para el cual fue creado, comenzó a superarse a medida que las primeras vallas se instalaron estratégicamente en diferentes lugares de España. Estas vallas se convirtieron en testigos silenciosos del paisaje y se convirtieron en figuras icónicas que proyectaban una de las imágenes más singulares y representativas de nuestra cultura.
A partir de ese momento, el Toro comenzó a apropiarse socialmente y se convirtió en un símbolo que trascendía su función publicitaria. Se convirtió en una referencia estética, una figura familiar y reconocida que acompañaba a los viajeros en su recorrido por España. Además, más allá de nuestras fronteras, animaba a los deportistas en sus competiciones, apoyaba a los militares en misiones humanitarias y, en general, identificaba a la mayoría de los ciudadanos españoles en el extranjero con su conexión a nuestra tierra.
Conocido como «El Toro de las carreteras»
En 1956, las Bodegas Osborne encargaron a la Agencia de Publicidad AZOR la creación de un anuncio para promocionar su coñac «Veterano». La tarea recayó en Manolo Prieto, Director Artístico de la agencia en aquel entonces. Fue en ese momento cuando Prieto diseñó la icónica silueta del Toro, un Toro desafiante y vigilante, mirando directamente al horizonte.
La historia comenzó cuando inicialmente, el Toro fue rechazado por la marca Osborne, argumentando que era más adecuado para una ganadería. Sin embargo, Prieto no se rindió y decidió viajar a El Puerto de Santa María para defender su creación y su propuesta. Desde el principio, el artista intentó luchar porque sabía el potencial y la fama que alcanzaría su Toro, así que peleó por su propuesta ante Osborne para que aceptaran su diseño destinado para la promoción. Finalmente, logró convencerlos de la figura del toro y de las virtudes que tenía.
La primera valla publicitaria fue instalada en mayo de 1957 en el kilómetro 55 de la carretera Madrid-Burgos, en la localidad de Cabanillas de la Sierra. Esta primera silueta del toro, fabricada a base de madera, tenía 7 metros de altura y 40 metros cuadrados de superficie. Durante su época dorada en la década de los setenta, el «rebaño» de Toros superó los 500 ejemplares y se dispersó por toda España, llegando incluso a Ceuta, Baleares, Canarias, Guinea e incluso el Sahara.
Los primeros Toros no se diferenciaban apenas de los que conocemos hoy en día. Su aspecto era el siguiente: cuerpo negro, los cuernos blancos, y en grandes letras rojas perfiladas en blanco destacaba la leyenda «Veterano Osborne», con una copa de Brandy dibujada sobre la «N» de la palabra Veterano, como podrás ver en la siguiente imagen:
En 1961, se fabricó el primer Toro en chapa metálica. Esta vez se eliminarían los cuernos blancos para que toda la silueta fuera negra. La letras de «Veterano» seguían presentes con color rojo. Esta estructura se componía de chapas metálicas de 190×90 cm, una superficie de 150 metros cuadrados y pesando alrededor de 4.000 kilos. Se sujetaba con más de mil tornillos y dobles tuercas, y contaba con cuatro torretas metálicas apoyadas en zapatas de hormigón de seis metros cúbicos cada una, sumando un peso total aproximado de 50 toneladas.
Aunque el artista mostrara su desagrado ante la decisión de cambiar su figura inicial, a lo largo del tiempo, se realizaron retoques en la silueta original del Toro para facilitar el trabajo del herrero. En ocasiones, Prieto incluso enviaba al herrero una silueta del Toro cuadriculada para facilitar el trabajo, aunque igualmente afirmaba lo siguiente: «Me están dejando el Toro hecho una cabra».
En 1988, para cumplir con la ley de carreteras, Osborne eliminó toda forma de publicidad de la silueta, tal como Manolo Prieto le había sugerido previamente a la empresa bodeguera. Desde entonces, la silueta del Toro se ha mantenido tal y como la conocemos hoy en día: un toro negro y gigantesco.
En 1994, el Ministerio de Transportes y Obras Públicas determinó que los 97 toros y otras vallas publicitarias situadas en los márgenes de las carreteras españolas debían ser retirados para cumplir con la Ley de Carreteras de 1988, la cual exigía la eliminación de la publicidad visible en las carreteras. Fue en este momento cuando la silueta del Toro experimentó uno de sus momentos más destacados y se pudo comprobar por una parte su enorme popularidad y por otra, que se había convertido en un símbolo cultural para la sociedad.
Se redactaron manifiestos de apoyo y se recolectaron firmas por parte de miles de ciudadanos anónimos que pedían su indulto. Escritores y columnistas como Antonio Burgos, Francisco Umbral, Andrés Aberasturi, Consuelo Álvarez de Toledo, Antonio Gala, Jaime Campmany y Fernando García Tola, entre otros, escribieron artículos sobre el tema en los principales diarios de circulación nacional, solicitando el indulto para la silueta del Toro. Incluso la polémica trascendió las fronteras nacionales y se habló del asunto en periódicos internacionales. Artistas gráficos como Martín Morales, Mingote, Ricardo y Nacho, Forges, también dibujaron viñetas en sus respectivos periódicos en homenaje al Toro y a la figura de Manolo Prieto.
Un ejemplo de una viñeta de Mingote por la lucha de El Toro es el siguiente:

En ese mismo año, gracias a la presión popular, el Parlamento otorgó el indulto a la valla publicitaria diseñada por Manolo Prieto, en aplicación de la legislación sobre el patrimonio cultural artístico. La propuesta aprobada por los diputados afirmaba: «La importancia artística y cultural del toro en las carreteras y su integración en el paisaje español deben ser protegidas». De este modo, la valla quedó excluida de las restricciones impuestas por la Ley de Carreteras de 1988.
La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía fue más allá y en diciembre de 1996 inscribió la valla publicitaria en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. En febrero de 1997, los 21 toros que se encuentran en tierras andaluzas fueron oficialmente declarados Monumento Histórico Andaluz, asegurando así su supervivencia futura. La valla publicitaria diseñada por Manolo Prieto fue reconocida como «un símbolo de España y, especialmente, de Andalucía».
Finalmente, en 1998, el Tribunal Supremo otorgó el indulto definitivo a la silueta del toro en las carreteras, argumentando que «ha dejado de ser el emblema de una marca para convertirse en algo decorativo, integrado en el paisaje».
En la actualidad, quedan 91 toros en territorio español, una obra de arte que pertenece no solo a la historia del diseño gráfico español, sino también al pueblo español en su conjunto. Además de estar presentes en España, también son reconocidos a nivel internacional, apareciendo en países como México o Japón.
El Toro de Osborne es un icono reconocido en todo el mundo, un símbolo de la riqueza cultural de España y un testimonio de la capacidad de una empresa para adaptarse y evolucionar a lo largo del tiempo. Desde su creación como un anuncio de brandy hasta su estatus actual como un símbolo cultural, El Toro de Osborne ha demostrado ser mucho más que una simple valla publicitaria: es un testimonio de la rica historia y la cultura de España, y su silueta es un recordatorio constante de la fuerza y la resistencia que caracterizan al espíritu español.
Estrategia Publicitaria con la Figura de un Toro
El autor diseñó una silueta de un toro desafiante, mirando de frente, como un símbolo de la marca «Veterano». La elección de un toro como figura central de la campaña publicitaria de Osborne fue una decisión estratégica. El toro es un animal fuertemente asociado con la cultura y la identidad española, y su silueta poderosa y majestuosa se destaca en el paisaje, y también le daba un fuerte sentido de identidad y pertenencia. La figura del toro se integró perfectamente en el paisaje, y su presencia en las carreteras se convirtió en una parte familiar y reconocible de los viajes por carretera en España.
Además, el toro es un animal fuerte y valiente, características que Prieto quería asociar con el producto que estaba promocionando. El diseño simple pero poderoso de la silueta del toro también cumplía con la máxima sobre las condiciones necesarias en la imagen publicitaria: debía provocar sorpresa, violentar la sensibilidad y dejar una huella en la memoria.
El Toro de Osborne fue afectado por varias leyes y decisiones legales
A lo largo de los años, varias normativas y decretos han afectado la ubicación y el tamaño de las vallas del Toro de Osborne:
- Ley de Carreteras de 1988: Ordenaba la retirada de publicidad visible desde las carreteras. En 1994, se decidió que los toros debían desaparecer, lo que provocó una gran reacción popular.
- Legislación del Patrimonio Cultural Artístico: En 1994, el Parlamento español indultó al Toro de Osborne, reconociendo su significación artística y cultural.
- Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz: En 1996 y 1997, la valla publicitaria fue inscrita en este catálogo y los toros en Andalucía fueron declarados Monumento Histórico Andaluz.
- Sentencia del Tribunal Supremo de 1998: Indultó definitivamente al toro, reconociéndolo como un elemento decorativo integrado en el paisaje.
Aparición del Toro en la película «Jamón, Jamón» (1992)
El Toro de Osborne, originalmente una valla publicitaria para el brandy de Jerez Veterano, se ha convertido en un símbolo cultural de España, trascendiendo su propósito inicial. Este icónico toro ha hecho apariciones en varias películas, como en «Jamón Jamón» (1992). En esta película, el Toro de Osborne se utiliza como un poderoso símbolo de la cultura y la pasión españolas.
Como final…
El Toro de Osborne es mucho más que un anuncio publicitario. Es un símbolo cultural que ha dejado una huella indeleble en el paisaje y la identidad españolas. A lo largo de los años, ha resistido cambios en las normativas y ha evolucionado para convertirse en una parte integral de la cultura española. A través de su presencia en las carreteras, en el cine y en la conciencia colectiva, el Toro de Osborne continúa siendo un testamento duradero del poder del diseño y de la importancia de la identidad cultural.
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